Psiquiatría alienante

Comentarios al programa de Els Matins de TV3 del 12/5/2020 “la crisi econòmica pot afectar més les persones amb malaltia mental que el confinament”. 

https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/els-matins/jordi-blanch-la-crisi-economica-pot-afectar-mes-a-les-persones-amb-malaltia-mental-que-el-confinament/video/6042453/ 

Después de ver el espacio dedicado por Els Matins de TV3 a la cuestión de la salud mental el pasado doce de mayo, se pregunta uno como puede seguir tan presente y erigirse como modelo de la atención que se presta en la actual Red en salud mental, un discurso psiquiátrico que evoca el infausto recuerdo de épocas anteriores a la Reforma psiquiátrica que vivió nuestro país en las últimas décadas del siglo pasado. 

Es un discurso psiquiátrico que asume el encargo ya desvelado por Foucault del control social y socava la capacidad de responsabilizarse de su estado a las personas con dificultades en el ámbito de la salud mental. Y lo hace despojándolas de la posibilidad de una mayor comprensión de los condicionantes psicosociales que concurren en su malestar y del contexto histórico biográfico que ha contribuido a su construcción. Un discurso que despoja de subjetividad a las personas que lo incorporan alienándolas en la pasividad y la dependencia hacia un sistema médico que se presenta con el poder de suministrar o no alivio a través de la prescripción. 
 
Las manifestaciones del sr. Álvarez, cap de psiquiatría del Hospital de Sant Pau, invitado a este espacio televisivo son, en este sentido, un libro abierto. Su utilización constante del concepto reduccionista médico-biológico de “enfermedad mental” para referirse a las problemáticas o trastornos de salud mental; el desprecio por los derechos llamando “indisciplinados por naturaleza” e “insensatos” a las personas que no “hacen caso a sus médicos” substituyendo así lo que debería ser una relación de cuidado por una relación de poder; la sorprendente acusación de “carencia de empatía” a los pacientes que no se vinculan a las relaciones de ayuda médica; la negación reiterada de la falta de recursos en los servicios públicos de atención en salud mental donde “no falta de nada y “todo el mundo puede encontrar lo que necesita”; la reducción de la intervención en SM a la importancia de la psicofarmacología; la estimulación de la relación de dependencia del psiquiatra al que por lo visto hay que llamar si se te ocurre “poner una lavadora a las tres de la mañana” para que te “ajuste la medicación”; la idealización de la figura del médico frente a las otras disciplinas que intervienen en el campo de la salud mental; la desubjetivación del paciente a partir de su estigmatización como “enfermo mental”, ignorándolo como interlocutor e intentando culpabilizarlo. “Patricia” la mujer que apareció con el rótulo de “paciente con trastorno bipolar”, fue infantilizada por todos los presentes que se dirigían a ella por su nombre de pila o incluso por su diminutivo. Y fue ignorada cuando planteó la única pregunta inteligente que se hizo en el programa: ¿Cómo se mide el sufrimiento de una persona? ¿Cuál es el ‘barómetro’ para saber si hubiera necesitado la ayuda de una prescripción de’ paseo terapéutico’ en el confinamiento? “No se los podemos dar a todos” fue la respuesta que le dieron y que el sr. Álvarez remató con una culpabilizadora y confusa oda a la “libertad” que según él representa la perspectiva “altruista” del confinamiento obligatorio. Homogeneización, culpabilización y control. 

El sr. Blanch, director del Pla director de Salud Mental, en sus intervenciones mencionó tan tímidamente los “recortes” en salud del 2008, que no quedó claro si fue una afirmación o un “lapsus”, de la misma manera que su expresión “vamos justos en recursos” sonó más bien a “los recursos son los justos”, quizás para no corregir la arrogancia del sr. Álvarez. Compitió, eso sí, por ver quién usaba más veces el término “enfermedad mental “en sus exposiciones. Su ausencia física del plató con el que estuvo conectado telemáticamente parecía una metáfora del “confinamiento” en el que se encuentra la Política en Salud Mental incapaz de definir un modelo de atención que sobre el papel se describe como biopsicosocial y de perspectiva comunitaria, y que en la práctica parece rehén de la medicalización y el hospitalocentrismo. 

¿Y dónde estuvo el periodismo? Toda la puesta en escena reveló notoriamente la renuncia mayoritaria del periodismo televisivo a tener pensamiento propio, plantear interrogantes interesantes y ayudar a construir una opinión pública informada y crítica. 

La entrevista merecería ser expuesta algún día en un museo en el marco de una exposición que desvelara el dispositivo del discurso más reaccionario de la psiquiatría reduccionista al estilo de lo que el colectivo feminista Las Insumisas https://www.tabakalera.eu/es/maso-et-miso-vont-en-bateau-pour-memoire hizo con la emisión de la cadena de televisión francesa Antenne2 en diciembre de 1975, y en la que el presentador Bernard Pivot invitó a Françoise Giroud, Secretaria de Estado de Asuntos de la Mujer,. “Ninguna imagen televisiva quiere ni puede representarnos. Nosotras nos expresamos con el vídeo”, fue el grito de guerra de este colectivo. 

Vaya Maratón de TV3 sobre salud mental nos espera el año que viene!